COMUNICACIÓN es Prevención en Drogodependencias
Ángel Vallés Lorente, Francesc J. Verdú Asensi, Antonio Belda Más.
Edita: AESED. Valencia 2007. 412 páginas.
ISBN-13: 978-84-612-0243-0.
Damos la bienvenida a este libro que se presenta con un diseño original, por su formato novedoso y adaptado a los propios apuntes del lector; sí, así es, un libro para poder escribir en el. Además por su exposición clara, por la actualidad de sus contenidos en “comunicación” y en la “prevención de las drogas”, siendo ameno y de aportaciones prácticas con sus imágenes, ejercicios, sus esquemas, ejemplos, viñetas, cuestionarios… Todo a tres colores y con una maquetación abierta, amplia y preparada para trabajar los contenidos. Haciendo de este libro un instrumento sencillo y atractivo en su aplicación, completo y útil en la comunicación familiar y preparado para la prevención del consumo de drogas desde la comprensión y el desarrollo de las habilidades de comunicación.
Echábamos en falta un libro en el que la interrelación “Comunicación-Prevención” abarcara todos los aspectos posibles. Los autores, con sobrada experiencia en el campo de la psicología y de las drogodependencias, nos muestran una herramienta asequible y de la que no se puede prescindir: es la comunicación que se nos muestra con toda su complejidad y simplicidad al mismo tiempo, marcado pautas de actuación sobre los principios metodológicos, en busca de soluciones a los conflictos personales, familiares, y de relación que genera nuestra vida actual.
La comunicación es la base de la educación, su recurso fundamental, pero también un arma de doble filo si no se empleada de manera adecuada. Por otra parte, si un/una joven se ha iniciado en el consumo de drogas, la comunicación familiar se ve afectada, dificultando aún más el problema; no se podrá “conectar” cuando antes no se haya hecho, y es que no es lo mismo informar que comunicar.
Actualmente, la necesidad de comunicación se hace muy necesaria ante la gran disponibilidad de sustancias unida a la disminución de la percepción de riesgo de la población para algunas de ellas. El papel de la familia es crucial (muy nombrado y documentado pero poco trabajado) en la etapa especialmente vulnerable de la adolescencia. Por eso, en el prólogo, se apunta que la comunicación es “la estrategia básica, imprescindible y fundamental para desarrollar y crear un clima familiar que actúe como factor de protección y aprendizaje, como para dotar a los adolescentes de habilidades para la vida frente al abuso de las sustancias u otros problemas de salud”.
El libro, pues se adentra capítulo a capítulo, y con bibliografía específica al uso, en todas las cuestiones referentes a la comunicación. Comienza por los conceptos generales, el marco teórico y las variables personales que influyen en la comunicación familiar, educativa, de relación etc. A continuación analiza y evalúa la comunicación en las relaciones entre personas, especialmente entre padres e hijos adolescentes/jóvenes, a través de las señales inequívocas que emitimos unos u otros. Facilita los instrumentos de evaluación a través de los distintos cuestionarios (para padres y madres, para hijos, sobre la empatía, el lenguaje corporal, sobre las barreras de comunicación, etc.), así como su uso y aplicación que nos permite tomar conciencia del modo de comunicarnos, de establecer las pautas para mejorar el diálogo (madres/padres-hijos/as; educadores-educandos; escritores-lectores; hablantes-escuchantes; sanitarios-enfermos; agentes-dependientes; parejas, informadores y orientadores en general) y ello desde la realidad del joven y su ambiente, atendiendo a los propios pensamientos automáticos perturbadores, etc.
En el capítulo 3, se describen los bien conocidos tipos de lenguaje y comunicación (verbal, no verbal…) están enfocados, como todo el libro, muy didácticamente y con la aportación de soluciones. Reconocer las emociones de los hijos, de los jóvenes, de los pacientes y conectar con ellos y ellas, es su objetivo prioritario.
Las barreras en la comunicación descritas paso a paso y con sus problemas concretos (cómo hablar y afrontar con los hijos la problemática de las drogas, la sinceridad en la pareja, en la familia, la confianza etc.) y la forma de actuar ante los momentos críticos, son tratados con realismo y se aportan las vías más eficaces para la solución del conflicto. Ante las situaciones más críticas, se nos ofrece una muestra de “contrato familiar, de aplicación de técnicas de autocontrol…” o la propuesta de “autorregistro para prevenir y disipar la ira”, etc.
Se dedica el capítulo final al cine, por su gran poder de influencia educativa, inspirando posibilidades didácticas y de comunicación para la prevención de las adicciones. Por último “Comunicación es Prevención en Drogodependencias” constituye un material útil para todos los profesionales de las distintas Administraciones, de los Servicios Sociales, de la Salud en general (Asistencia Sanitaria, Salud Pública, Salud Mental o actuación Sociosanitaria) para educadores en sus distintas facetas (niños, adolescentes, jóvenes), para madres/padres o docentes o aquellos otros interesados o preocupados por su forma de expresarse o comunicarse, para instituciones u organizaciones tanto gubernamentales cono ONGs y fundaciones, y por último como material para todas las bibliotecas tanto públicas como particulares.
En definitiva, de un desarrollo pedagógicamente impecable, y apuntando siempre a situaciones concretas y actuales, el libro “motiva” para la comunicación empática en el campo de las relaciones personales padres-hijos y lo hace estimulando constructivamente una comunicación desde la compresión y la expresión. Recuerden que por primera vez tienen entre sus manos una herramienta para actuar y un manual para consultar y poder evaluar los conflictos que inevitablemente nos traen las vicisitudes de esta vida.